La última tendencia en hospedaje web se llama VPS: Virtual Private Server (Servidor Virtual Privado). Un hosting ideal para aquellos negocios online que han crecido más allá de las limitaciones del shared Server pero que no desean o no pueden hacer la cuantiosa inversión de un servidor dedicado.
El VPS también es el hosting apropiado para quien desea experimentar los beneficios del dedicated Server.

De hecho, el VPS es el futuro del hosting por su relación costo-recursos, su versatilidad y sus prestaciones.
El VPS es un tipo de almacenamiento web a medio camino entre el hosting compartido y el hosting dedicado. Mezcla la economía del primero con las prestaciones del segundo.
El VPS es un servidor que hospeda a más de un cliente simultáneamente, como el hosting compartido, pero que en los hechos se comporta como si cada sitio hospedado contase con un servidor dedicado: cada cliente dispone de una configuración particular y de recursos independientes. ¿Porqué? En el Virtual Particular Server el volumen del servidor se ha fragmentado para montar diversas máquinas virtuales, porciones del disco duro que actúan independientemente, con su propio sistema operativo, como servidores dentro de un servidor. Este tipo de configuración significa un enorme ahorro en recursos y energía.

¿Por qué elegir el VPS por encima del dedicated Server?

Debidamente configurado, un VPS funciona para cada uno de sus clientes como un servidor dedicado, con root y recursos exclusivos que ofrecen la rapidez en las aplicaciones y la facilidad de acceso a los datos que caracterizan a un hosting dedicado.

El precio es también una variable a considerar. Actualmente, los sevidores dedicados oscilan entre los 100 y los 500 dólares por mes. Un VPS en Linux de primera línea puede conseguirse desde 39,95 (con acceso al root, 256 MB de RAM, 5 GB de espacio virtual en el disco, 200 GB de tranferencia mensual, una IP exclusiva, PHP 5, Perl, MySQL, backups diarios). Un servidor exclusivo por una fracción del precio más económico de un servidor dedicado.

La versatilidad de configuración del VPs es otro punto a favor. No es sencillo calcular el espacio de disco, los recursos, el ancho de banda y la configuración que darán la mayor eficiencia al desempeño de un sitio web. Internet es un medio mutable en sus preferencias y exigencias, y sus cambios de tendencia son imposibles de prever. Siempre se cae o en la sobreestimación de recursos o en configuraciones cerradas que entorpecen del desempeño de las páginas web. La ventaja de un ambiente virtual es que pueden probarse y desmontarse configuraciones sin un gasto para el cliente, de manera rápida, hasta encontrar la mejor solución para las necesidades del sitio web.